viernes, 27 de abril de 2007

Control del pensamiento

¿Conocés cuales son las estrategias para controlar la opinión pública utilizados por los poderosos de todo el mundo?
Usualmente se valen de "defectos" del cerebro humano. El cerebro humano tiende a tomar partido siempre que hay dos posturas que se oponen. Casi siempre la postura que se conoce primero suele ser la postura que adopta la persona. Este recurso suele ser utilizado en los periódicos y otros medios de difusión exponiendo primero la postura que uno apoya y dejando la postura "enemiga" para el final o simplemente dejando de hablar de la postura "enemiga". Otro recurso es utilizar palabras con mucha carga emotiva. Por ejemplo, si siempre escuchamos a una persona decir que todo lo que hace es porque es patriota o porque defiende la libertad y la democracia, tanto como la vida humana. Este recurso es utilizado usualmente en discursos en los que se califican de "antipatriotas", "antidemocráticos", "prepotentes", "terroristas" o cualquier otro adjetivo que todo ser humano tiene asimilado como malo. En una sola ocasión puede que no cumpla su cometido esta táctica, por eso se repiten en todos los medios de prensa estos discursos en un número que depende del apuro en convencer a la gente. Hay muchos otros recursos más. ¿Cuales conocés vos?
Lo de adoptar una postura suele comprobarse en la elección de equipo de fútbol a inchar o del partido político a seguir. El partido político adoptado suele ser el de la mayoría de la familia. El equipo de fútbol adoptado suele ser el de la mayoría de en grupo en que uno juega partidos por primera vez.
Otro recurso es crear un ambiente que identifique al político con los valores más loables. Así siempre que se dará un discurso televisado se cuida en colocar retratos de próceres patriotas y banderas detrás de la persona que se desea que gane la simpatía del pueblo.
El controlador del pensamiento debe apelar en su discurso a la autoridad que sea común a todos los que se desea controlar. Por ese motivo es muy común apelar a Dios o a la constitución. Todos los discursos de Bush luego de la crisis de setiembre del 2001 solía llamar a Dios como guía para lograr hacer "justicia" para justificar su ataque a Afganistán.
Otro método es el crear elementos distractivos. Hay momentos en que mucha gente está descontenta con la forma que se les gobierna, en esos momentos es fácil que aparezcan estallidos sociales contra el gobierno. Una guerra, eventos deportivos mundiales, el mundo de la farándula, del cine, cantantes y cualquier otra cosa que se le dé demasiada publicidad usualmente suelen distraer a las masas y volverlas más dóciles. Por todos estos motivos yo creo que debemos pensar muy bien que postura defendemos, podría ser que sólo la defendemos porque el proceso de control del pensamiento funcionó en nosotros.
La foto con la esposa es una buena propaganda porque se valora a un "buen marido". En la otra foto se vé la casa blanca y la bandera de los Estados Unidos en el helicóptero.
Otro problema con esto del control del pensamiento que no es solo un "bando" el que trabaja en este campo. La publicidad para que compremos cualquier cosa suele utilizar estos métodos. Se trata de inculcarnos que seremos mejores personas y más valoradas mientras más poseamos. De repente ya nos encontramos cantando estribillos de yingles radiales.
Justamente porque la emotividad es lo que nos impulsa a hacer todo lo que hacemos. Muchas de las cosas que creemos o la forma que actuamos está dominada por los sentimientos detrás. Muchas veces nos pueden argumentar que lo que pensamos está mal, pero no podemos prestarles atención por más razón que tengan esos argumentos mientras que eso significa a veces decirse a uno mismo: "Estoy equivocado", algo que suele producir en nosotros un profundo dolor que siempre tratamos de evitar.
Y creo que es un tema que debería ser más publicitado y si es posible agregado a los programas de estudio de las escuelas. El problema que encuentro en lo último es que justamente las escuelas son utilizadas por los gobiernos para inculcar muchos de los valores que nos hacen mejor manejables a todos.
Por ejemplo, en la mayoría de las escuelas occidentales se nos inculca ser individualistas y a ser competidores. Eso se logra con la constante "lucha" por ser el mejor alumno, o simplemente por tener mejores notas que el otro. En nuestras escuelas no nos dicen "aprendiste" o "no aprendiste", te dicen "vos sos mejor que el" o "vos sos peor que el". Este individualismo ayuda a que dejemos de pensar en luchar por la igualdad. "Al que le vá mal es porque no se esfuerza", es eso lo que nos enseñan, siendo que la realidad no es esa. No todos tenemos las mismas oportunidades. Esas anécdotas de gente pobre que llegó a millonario (sinónimo de éxito en la cultura occidental), suelen mantener todavía como verdad ese mito; siendo que de miles de millones de personas que compartimos el planeta, él número de personas que logra "el éxito" desde la pobreza, se pueden contar con los dedos.
Justamente esa imagen de ser "grandes brindadores de orden, de paz y prosperidad" es lo que siempre pretendieron mostrar los del estrato gobernante en todas las distintas culturas estratificadas estatales a través del mundo y del tiempo.
Otro mito es el que los estados buscan la igualdad. En todas las culturas la igualdad entre los miembros de las sociedades desaparece desde el momento que alguien se erige como gobernante, ya que a partir de este momento el gobernante cree que se merece más beneficios y un trato diferencial por brindar "orden, paz y prosperidad". Aquí ya no se puede decir más "oré" (nosotros incluyéndonos a todos) sino "ñandé" y "ha'ekuera".
Otro método para controlar a las masas es erigir grandes monumentos y rodear de lujos a la clase gobernante. Siempre vemos a los gobernantes salir de lujosos palacios, en lujosos automóviles, o dar sus discursos rodeados por muebles y obras de arte de extrema belleza (y por supuesto valor económico). Los egipcios, babilonios, los incas, los mayas y aztecas fueron las primeras civilizaciones que aprendieron que se maneja mejor a las masas rodeando de riquezas y lujos a los gobernantes. Un pobre campesino al ver la grandeza de los palacios y toda la riqueza derrochada no le quedaba otra opción que asumir su inferioridad ante tan sobrenatural y prácticamente divino gobernante.

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